Soy una persona muy distraída, un poco desordenada y algo impuntual. Juro que lucho contra ello día a día. Sin embargo, ayer me di cuenta que ando muy retrasada en algo. No soy de las mujeres que llevan la cuenta de la llegada de la “señora de rojo” en sus agendas, así que hice memoria y conté los días en el calendario de mi escritorio: doce. Doce días tarde. Así como lo leen. Creo que estoy embarazada.
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Encontré a alguien (o alguien me encontró a mí)
¿El que no busca encuentra? Pues sí. Estoy saliendo con alguien hace un par de meses. Y estoy contenta. ¿Quieren saber cómo sucedió todo esto? En mí no hallarán respuesta. Mis labios están sellados y mis manos amarradas con gutapercha. Y les voy a decir por qué. Seguir leyendo...
La arpía que todas llevamos dentro
Ni cumplir treinta (en otros casos, cuarenta o cincuenta), ni engordar 10 kilos por arte de magia, ni la aparición de las primeras canas o que esas arruguitas se conviertan en zanjas horrorizan tanto a una mujer como aceptar que el problema de la relación no es él, sino ELLA. Este es un post dedicado a todos los caídos y heridos en las trincheras del amor por caprichos, crueldades, mentiras y manipulaciones de las que somos capaces nosotras, las arpías (a las que ya arrugaron la nariz, no se hagan las locas: TODAS lo hemos sido alguna vez). Seguir leyendo...