
Los cambios bruscos de temperatura

Foto: Mrfink
Hace poco se celebró el Día Mundial de la Salud y este año la agenda se centró en proteger la salud del cambio climático ya que, como sabemos, las consecuencias del calentamiento global producido en gran medida por gases de combustión que generan el efecto invernadero, podrían llevar a un punto sin retorno en el tema de salud.
El efecto invernadero se origina cuando los gases producidos por efecto de la combustión (automóviles, industria, hogares, entre otros) salen hacia el ambiente con una temperatura más alta que la adecuada; estos gases generalmente tienen un peso y una densidad mayores que el aire que respiramos, que a su vez constituye parte de nuestra atmósfera, por lo que se quedan flotando y formando una capa espesa, una suerte de escudo que no permite que el calor sea eliminado hacia el exterior para formar un equilibrio de temperaturas. Esta capa de gases tóxicos también impide el proceso de regulación térmico entre la tierra y la atmósfera, dando como resultado el incremento paulatino y sostenido de la temperatura de la superficie terrestre en varios grados a través del tiempo. Todo esto será responsable, en un futuro muy cercano, del deterioro crítico de nuestra salud.
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