
Me encantan los eventos de vinos. Cada vez se organizan mejor. El reto está en que no se trate siempre de lo mismo, repetitivos ni monótonos, con etiquetas de toda la vida. Me entusiasman aquellos donde se muestran novedades, se aprende algo distinto, se dialoga con enólogos y especialistas que llegan especialmente para dicha ocasión, con discursos innovadores y no el rollo o discurso de toda la vida. Una de las debilidades de los eventos ya conocidos es la ausencia de vinos de Francia, Italia, Portugal, los ricos rieslings... Seguir leyendo...