Foto: mikebaird
Cuando en esta época vamos a la playa nos ponemos ropa ligera, nos refrescamos en el mar, nos echamos protector solar y nos sentimos felices. Pero en mi vida he visto una persona que vaya a la playa con abrigo -así esté bajo una sombrilla-, que no se meta al mar a refrescarse por el intenso sol y que regrese, después de caminar sin zapatos por la parte seca de la arena, feliz a su casa
Si eso sucediera lo más probable es que esta persona sufriría de un golpe de calor, se quemaría los pies y se deshidrataría. Eso, mi estimado lector, es lo que sucede con un perro cuando lo llevan a la playa. Seguir leyendo...
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