Una reciente investigación en macacos a los que se les aplicó oxitocinas, más conocidas como “la hormona del amor”, podría garantizar una terapia eficaz para los trastornos del autismo, la esquizofrenia y otras que se caracterizan por una aparente falta de interés o preocupación por los demás.
La oxitocina parece dar a los monos una mayor confianza y mejores habilidades sociales. La hormona se administra a los macacos rhesus a través de un nebulizador para niños, similar a una máscara de gas. El efecto fue casi inmediato: les hizo prestar más atención a otros monos.
En el proceso de experimentación los investigadores también dieron seguimiento a los movimientos de los ojos de los monos. Normalmente, después de tomar una decisión pro-social dirigían su mirada hacia el otro mono. Bajo la influencia de la oxitocina, la mirada se demoró más tiempo al escoger entre la recompensa y otro mono.
EFECTOS DE LA HORMONA OXITOCINA
Al respecto el neurocientífico Michael Platt, director del Instituto Duke de Ciencias del Cerebro, dijo que el inhalar oxitocinas produce mayor efecto pro-social,haciendo que el mono macacos preste más atención a los pares que lo rodean.
Este proceso es importante en las terapias de las enfermedades ya mencionadas, especialmente del autismo, enfermedad que afecta a la socialización, la comunicación, imaginación, planificación y la reciprocidad emocional.