El veterinario John Innes creó el primer banco de tejidos y huesos para animales en Inglaterra. Al igual que en los seres humanos, este instituto funciona en base a las donaciones de ejemplares muertos.
“Siempre buscamos el autotransplante, es decir, el injerto de una parte del animal en otra parte del cuerpo. Desgraciadamente, ni perros ni gatos tienen mucho para transplantar. Por eso, es importante contar con un banco de tejidos y huesos”, explicó Innes para la BBC Mundo.
Este procedimiento ayudaría a salvar muchas vidas, pero por ahora está lejos de ser barato. Una intervención quirúrgica cuesta alrededor de 10 mil dólares.