El abuelo de Sandra Barclay, su padre y dos de sus cuatro hermanos son arquitectos como ella, lo mismo que el papá de Gian Pierre, su esposo, colega y socio en Barclay & Crousse, el estudio que sin haberlo planificado abrieron en París y que, desde el 2006, tiene sucursal en Lima.
Hacer realidad el proyecto que los llevó a desarrollarse allá como empresa tomó cuatro años, lapso en el que sus diseños ganaron más y más concursos arquitectónicos; y en el que, además, tuvieron a sus dos hijos. “Cuando la mayor cumplió 9, dijimos: ‘Si queremos regresar al Perú, este es el momento’.
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