El fin del mundo está trayendo consigo un negocio de lo más variado. En Rusia han recuperado un búnker de la Guerra Fría para preparar una fiesta multitudinaria por si llega el Apocalipsis.
A 56 metros bajo tierra se festeja el evento para el que ya se han vendido mil entradas. La gente podrá quedarse adentro hasta que pase el peligro: desde las 12 de la noche del 21 de diciembre hasta que el reloj marque el día 22.
El refugio se construyó para soportar una bomba nuclear y podría aguantar un terremoto como el que azotó Japón en 2011. El lugar no solo tendrá provisiones, habrá guarderías para niños y hasta salas de conferencias donde se hablará del fin de los tiempos.