El croata Goran Tomasic, de 55 años, quería tener a su leal Bingo presente y para no olvidarlo decidió pintar su hogar, ubicado en el pueblo de Prubuslavec (norte de Croacia), con machas negras tratando de imitar la piel de su dálmata.
“Lo amaba tanto que no quería que con el tiempo su recuerdo se vaya haciendo difuso. Lo quiero tener siempre presente”, indicó al portal inglés ‘Orange News’.
Tras la muerte de Bingo, los esposos Tomasic decidieron cubrir de alguna manera el vacío que dejó con un golden retriever.