El acróbata suizo Freddy Nock demostró una vez más que tiene nervios de acero. En su último reto este suizo caminó 160 metros (522 pies) por una cuerda floja que unía un castillo con una iglesia de la ciudad Thun, la tercera ciudad más poblada de Berna.
La cuerda de 14 mm de espesor se colocó a 30 metros del piso y cruzarla le tomó a Nock alrededor de 11 minutos.
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