Si hace un tiempo fue ‘ampayado’ tomando una durante un partido de la liga inglesa, tomando una cervecita, o fue fotografiado fumando y bebiendo durante su luna de miel en Estados Unidos, no importa: Wayne Rooney siempre será el ‘bad boy’ del fútbol y con eso basta.
Por eso, el buen Wayne ahora protagoniza un comercial sobre esa bebida que tan bien le cae. En este, compite por llegar a la barra de un bar y disfrutar la última cerveza Tiger del lugar.
Pero Rooney se lleva una sorpresa al final del comercial, en el que un árbitro calvo y famoso, Pierluigi Collina, le arrebata la botella.